dimarts, 12 de març del 2013

Space Dealer (reseña)



Diseñador: Tobias Stapelfeldt
Grafismo e ilustraciones: Patrick Schoden
Editorial: Eggertspiele
Año: 2006
Ficha en la BGG: http://boardgamegeek.com/boardgame/23451/space-dealer


Tal y como reza su eslogan, Space Dealer es un juego de comercio interplanetario a tiempo real. Tiene una duración exacta de 30 y con una caja pueden jugar de 3 a 4 personas (con dos se puede ampliar hasta 8).
 
Los componentes:

En una caja de Space Dealer encontramos todos los componentes para jugar 4 personas más algunos pilones extra por si ampliamos el juego a ocho. Por esta misma razón, las naves y los planetas son reversibles, con un color a cada lado. También se incluyen 10 relojes de arena, 5 naves de cartón desmontadas, los cartones para montar los diferentes tableros de juego, las cartas de tecnología y los cubos que representan los materiales. 

Algunos de los componentes.
La calidad de los componentes es media-alta: pilones y cubos de madera, cartones gruesos y bien terminados, la manera de montar las naves es original aunque no acaba de ser práctica. Además conviene cronometrar los relojes de arena (yo he encontrado diferencias de hasta 8 segundos). 

El juego incluye pilones para aburrir.
Las cartas de tecnología.
Finalmente el juego incluye un CD con música que tiene la doble función de ambientar y de marcar los 30 minutos de juego (este no es imprescindible, se puede jugar con un reloj). Las instrucciones vienen en inglés y en alemán y son un poco caóticas, en sintonía con el juego. Incluyen una versión básica para aprender el juego y una de avanzada con todas las cartas.

Cómo se juega:

El principal atractivo del Space Dealer es el uso de los relojes de arena para distribuir el tiempo entre acciones, permitiendo que todos los jugadores jueguen a la vez y no haya turnos. El reloj de arena marca el coste de la acción que se está realizando (60 segundos) y nos obliga a pensárnoslo bien puesto que una vez activado no se puede mover. Los relojes, dos por jugador, se usan para todo: mover las naves, producir bienes, construir mejoras, avanzar de nivel tecnológico... Hasta se pueden boicotear.

El área de juego de un jugador.
Luego está el tema del transporte de mercancías de un planeta a otro para satisfacer la demanda que figura en las cartas que construyen los otros jugadores; esta es la manera de obtener puntos de victoria, tanto para el jugador que posea la carta como para el que la satisfaga. Pero a pesar de que podamos llamarlo "comercio", no os hagáis ilusiones: la interacción es casi nula. Sí, es verdad, los jugadores pueden comerciar entre ellos, intercambiando mercancías y cartas, pero al final cada uno acaba centrándose en producir los bienes que necesita, lo que convierte las tecnologías de niveles superiores en esenciales para mejorar la productividad. Ahí es donde entra también la planificación a la hora de construir: el espacio es limitado y un error al colocar las cartas te puede costar la partida.

Las naves transportan los materiales de un planeta a otro.
 
Variantes y ampliaciones:

El juego tiene la particularidad de que si se juntan dos cajas del mismo, se puede ampliar hasta ocho jugadores, algo digno de ver aunque faltaría por probar si realmente mejora la experiencia de juego (las risas seguro que sí). Luego existe una expansión, Space Dealer: All-Zeit, que básicamente incluye nuevas cartas de tecnología que amplían la interacción y el puteo.

Finalmente, decir que se está preparando una nueva edición del juego, hecha por el mismo diseñador, para este año. El nombre: Time 'n' Space.

Opinión:

La innovadora mecánica de los relojes de arena es la responsable del ambiente de desenfreno que se apodera de los jugadores a medida que avanza el juego, algo estimulante en mi opinión, pero que a veces puede degenerar en estrés y desorientación (sobre todo porque, como el juego va cronometrado, no hay tiempo para resolver preguntas). Sin embargo, hay otros momentos en que los jugadores se pasan medio minuto observando aburridos sus relojes, sobretodo al principio. Lo que da cierta sensación de que el juego está descompensado.

También creo que falta algo de dificultad al juego, algo a lo que dedicar tu cerebro en esas pausas (no es un juego de grandes decisiones y las pocas que hay no son insalvables). En ese sentido, creo que funcionaría muy bien con niños, aunque no lo he podido comprobar por, ejem, falta de componentes: dificultad baja, independiente del idioma, les enseñaría además a tener paciencia, algo vital en estos tiempos que corren...


PROS
  • Original, ideal para los amantes del caos y las carreras.
  • Fácil de explicar, independiente del idioma.
  • Dura 30 minutos, ni más ni menos.
  • Tiene un montón de componentes que se pueden aprovechar para otros juegos. xD
CONTRAS
  • Poca profundidad, el adjetivo que mejor lo describe es "curioso"...
  • No tiene versión para 2 jugadores.
  • Poca interacción.